lunes, 19 de enero de 2015

LA BARRIADA LAFFITTE DE LOS REMEDIOS.

LA BARRIADA LAFFITTE DE LOS REMEDIOS. UN EJEMPLO DE SEGREGACIÓN SOCIAL EN LA SEVILLA DE LOS AÑOS SESENTA.

La eliminación de la barriada Laffite constituye un ejemplo de los procesos empleados para limpiar los espacios señalados por la especulación inmobiliaria. Situada en Los Remedios, área convertida en los años sesenta del pasado siglo en residencia de la burguesía sevillana, donde ocupaba un enclave estratégico a la salida del nuevo puente del Generalísimo. Calificada como suburbio, alojaba a familias procedentes de Triana y otros lugares incluidos en el proyecto de ensanche aprobado para urbanizar la zona. El Ayuntamiento actuó como brazo ejecutor , concesionaria y arrendadora de las viviendas de la barriada, expulsando a los vecinos con destino a refugios o polígonos de viviendas en el extrarradio de Sevilla.

España experimentó durante los años sesenta del siglo XX la mayor aceleración  en el proceso de urbanización, paralelo a la industrialización económica. Con ayuda de diferentes instrumentos, como los planes de ordenación redactados a partir de la Ley del Suelo de 1956 u otros proyectos de ensanche aplazados durante décadas, se prepararon extensas bolsas de suelo destinadas a acoger un variado catálogo de edificaciones promovidas por el capital privado. Las distintas administraciones contribuyeron a la promoción inmobiliaria empresarial, aportando  ayudas y subvenciones a la construcción de viviendas o facilitando la ocupación de los solares, al disponer las infraestructuras necesarias y liberarlos de otros usos marginales como el de servir de soporte a núcleos de infravivienda.

Una  breve consideración sobre el chabolismo en la década de  los sesenta fue el déficit residencial arrastrado desde las primeras décadas de la centuria que  había provocado la proliferación de barrios de chozas, chabolas y suburbios de diversa tipología, levantados en la periferia o aprovechando otros espacios desocupados temporalmente en las áreas centrales.

Un informe de La Sección de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, censaba en 1959 treinta y dos grupos de chabolas, ocho de los cuales se situaban en la margen derecha del Guadalquivir; entre ellos, dos ocupaban  terrenos del ensanche de Los Remedios, sin incluir la barriada Laffitte.
La búsqueda de espacios de calidad, apreciados por la burguesía para fijar su residencia, focalizó la presión especulativa hacia los vacíos existentes en las áreas centrales, donde se trasladó además una parte de las familias de clase alta tras abandonar los degradados cascos históricos. Los ensanches ejecutados parcialmente, como el trianero, ofrecían una excelente oportunidad, a los intermediarios especuladores y sociedades inmobiliarias, para obtener enormes beneficios al densificar estas áreas con bloques de pisos destinados a las clases medias.

Tras la arriada de 1961, provocada por el desbordamiento del arroyo Tamarguillo, el Ayuntamiento sevillano creó la Secretaría de Viviendas y Refugios, entre cuyos objetivos se fijaba el de  proporcionar alojamiento a las familias procedentes de los núcleos erradicados en la ciudad. En el sector occidental hispalense se desmantelaron, entre 1962 y 1965, diez asentamientos ocupados por 1.865 familias, incluida la demolición de la barriada Laffitte para dejar expedita la totalidad de la superficie de Los Remedios.

                                                                                                              Puente de san Telmo.

La urbanización de Los Remedios.

Los terrenos situados al sur del arrabal de Triana atrajeron el interés de los especuladores inmobiliarios a partir de la segunda década del siglo XX. A ello contribuyó sobre todo la decisión municipal de señalarlos como esenciales para el crecimiento exterior de la ciudad, destinándolos a ser edificados para mitigar la escasez de viviendas. Desde entonces aparecieron incluidos en los distintos proyectos de ensanche como piezas sustanciales de la Sevilla futura.
Dotados de un elevado valor de posición por a su proximidad al centro histórico y por constituir la prolongación natural del arrabal trianero; situados en la orilla opuesta del Guadalquivir, frente al ensanche meridional de la ciudad preparado para acoger la Exposición Iberoamericana; la construcción del puente de San Telmo vino a resolver la necesidad de conexión,  potenciando la centralidad del lugar. Hasta entonces conformaban un área rural, ocupada sobre todo por huertas, propiedad de nobles y burgueses que se hicieron con la mayor parte de los predios aprovechando la desamortización eclesiástica.

La formación de la barriada Laffitte


Situación y posición
La propiedad adquirida por Ricardo Goizueta a Julio Laffitte estaba constituida por el establecimiento industrial, dedicado a diversas producciones alfareras, y una huerta, situados junto al Guadalquivir al final de la calle Juan Sebastián Elcano; única vía trazada
en el lugar con anterioridad a la aprobación del proyecto, que discurría paralela al cauce fluvial y se encontraba escasamente urbanizada.
El lugar ocupaba una posición periférica en el área del ensanche, alejado del puente de San Telmo y en el extremo opuesto al arrabal histórico. Sin embargo, la orientación hacia el sur de las edificaciones levantadas en Los Remedios durante la segunda mitad de los años cincuenta y, sobre todo, el proyecto de construir un nuevo puente para conectar con el Paseo de las Delicias, multiplicaron la centralidad de los terrenos ocupados por la fábrica



El proceso de erradicación de la barriada Laffite

En 1963, la eliminación de los alojamientos se convirtió en un objetivo prioritario para  la sociedad concesionaria, por encontrarse en su fase final las tareas de urbanización del ensanche; además habían dado comienzo las obras del puente y se encontraba en vías de solución el dilatado contencioso sobre la ampliación de la calle Virgen de Luján. El Ayuntamiento, interesado igualmente, se prestó decididamente a colaborar en este asunto firmando un convenio con Los Remedios S. A. "para resolver la situación de las familias que viven en los distintos alojamientos provisionales en el lugar conocido como barrio Laffitte". La Corporación Municipal adquirió la obligación de proporcionar vivienda a cada una de las familias.
Para justificar la operación, el Ayuntamiento se enganchó a una estrategia iniciada previamente por Los Remedios S. A. destinada a declarar la insalubridad y mal estado del núcleo; con ese fin incluyó la barriada en el censo municipal de suburbios.
Los informes de los técnicos municipales pusieron de manifiesto la falta de consistencia de los argumentos esgrimidos. Atendiendo a los aspectos técnicos, la Sección de Obras desestimó en dos ocasiones la declarar la ruina de los inmuebles. Desde el punto de vista del derecho, la Asesoría Jurídica Municipal mantuvo que la Corporación carecía de capacidad coercitiva para desalojar las viviendas contra la voluntad de sus inquilinos y que la única posibilidad legal consistía en expropiar la barriada y el desahucio por la vía administrativa.
Sin embargo, los concejales se mantuvieron firmes. La intervención del edil Romero López en la sesión de la Permanente Municipal, el 25 de noviembre de 1964, puede sintetizar la posición general. Consideraba que la barriada era un estorbo para la construcción del puente del Generalísimo y que al Ayuntamiento no quedaba más remedio que desalojar a los vecinos.
Frente a la actuación del Ayuntamiento, los vecinos reaccionaron rechazando que se firmase el convenio sin contar con ellos y sobre todo la calificación de las viviendas como chozas y la inclusión de la barriada en el censo municipal de suburbios. Consideraban que la situación de los alojamientos y la disposición de servicios, como la instalación eléctrica, el agua corriente y los aseos individuales, los distinguía de la condición de chabolas. Argumentaban los rasgos que los diferencian de la población alojada habitualmente en los asentamientos chabolistas.
Destacan su sacrificio anterior al verse obligados a abandonar sus hogares en Triana para contribuir al desarrollo urbanístico de la ciudad. Pero, sobre todo, hacen valer sus derechos como inquilinos con contrato legal vigente y para ello deciden depositar regularmente el importe de los alquileres.
La opinión de los técnicos y la resistencia vecinal condujeron al Ayuntamiento a buscar una solución más flexible, que pudiera ser aceptable aunque sin llegar a ser satisfactoria para los residentes. Consistía en ofrecerles pisos en zonas consideradas como de buena posición en la ciudad y en condiciones económicas fáciles de asumir. Sin embargo, esta opción se encontró con la dificultad derivada de la inexistencia de viviendas libres en las barriadas municipales, pues éstas eran ansiadas por la multitud de familias acogidas en refugios o procedentes de los asentamientos chabolistas erradicados en toda la ciudad.
Finalmente, en julio de 1965, llegó la solución de parte de la Secretaría de Viviendas y Refugios, que gestionó ante el Instituto Nacional de la Vivienda la cesión al Ayuntamiento de 197 viviendas protegidas en el barrio A del Polígono de San Pablo. Éstas se destinaron a alojar a las familias titulares de los contratos de alquiler, haciéndose cargo la Corporación del pago de la entrada inicial a cuenta de los dos millones de pesetas aportados por Los Remedios S. A. El resto de las familias, hasta las 246 evacuadas finalmente, que se encontraban recogidas por familiares en los departamentos de la antigua fábrica, fueron trasladadas a refugios; parte a los existentes en la barriada de La Paz y parte a los denominados “casitas bajas” del Polígono de San Pablo.


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